La “epidemia de los opioides” está relacionada con el creciente número de muertes por sobredosis en EEUU. Mientras tanto, los cárteles del narco mexicanos encuentran en el fentanilo el negocio perfecto para aumentar sus ganancias y disminuir riesgos asociados a las drogas duras tradicionales.
Era el último día del año 2020. Ante el creciente aumento por las muertes de estadounidenses por el consumo de fentanilo que cárteles del narco mexicanos trafican desde la frontera común, el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador reconoció que en el país azteca también existe una crisis por este opioide que llega desde China.

Parecía una de las tradicionales conferencias matutinas que cada día encabeza el mandatario mexicano, pero ese 31 de diciembre, el ministro de la Defensa, Luis Crescencio Sandoval admitió que la demanda del opioide “va en incremento”.
Pero también reconoció que “toda la materia prima que se utiliza para realizar estas drogas llega a través de los puertos, a través de aduanas” mexicanas.
El fentanilo llega a los puertos mexicanos de Manzanillo, Colima y Lázaro Cárdenas, Michoacán, procedente de China, y aunque en 2020 en comparación con 2019 el decomiso de esta droga en México aumentó casi 500%, el crimen organizado ya encontró la manera de burlar la vigilancia en las aduanas aztecas gracias a la elaboración de distintos tipos de etiquetados que facilitan su envío internacional, según una investigación de la organización Insight Crime.