El Tren Maya, la megaobra mimada del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, busca “detonar la economía de la región”. El mecanismo, más allá de la construcción de las vías y las estaciones, son los polos de desarrollo, proyectos inmobiliarios y de urbanización que la administración creará y fomentará a lo largo de la ruta. El problema es que, según estudios encargados por los promotores del Tren Maya, si estos desarrollos son mal ejecutados, hay grandes riesgos para la región.
Expertos advierten que se quieren crear 19 “Cancunes” en el sureste, considerada esta ciudad el ejemplo de un éxito turístico que lleva a la depredación ambiental y problemas sociales. En 40 años, Cancún ha perdido 77% de las selvas, y 64% de la vegetación de dunas costeras pasó a ser zona urbana, según el estudio El espejismo de Cancún.
