Decenas de miles de lobotomías se practicaron en países como Estados Unidos y Reino Unido en las décadas de 1940 y 1950 en pacientes con graves problemas mentales. Pero ¿podemos condenar a los cirujanos que las practicaron?
Hoy en día parece increíble, pero hubo una época en la que la lobotomía fue celebrada como una cura milagrosa, descrita por médicos y medios de comunicación como “más fácil que curar un dolor de muelas”.

Solo en Reino Unido se realizaron más de 20.000 lobotomías entre principios de la década de 1940 y finales de la de 1970.
Por lo general se practicaban en pacientes con esquizofrenia, depresión grave o trastorno obsesivo compulsivo (TOC), pero también, en algunos casos, en personas con dificultades de aprendizaje o problemas para controlar la agresión.
Si bien una minoría de personas experimentó una mejora en sus síntomas después de la lobotomía, algunas quedaron atontadas, incapaces de comunicarse, caminar o alimentarse por sí mismas.