En el marco del Día Mundial de la Enfermedad de Chagas, que se conmemora este 14 de abril, la investigadora Karla Acosta Viana, del Laboratorio de Biología Celular del Centro de Investigación Regional (CIR) Dr. Hideyo Noguchi de la UADY, advirtió que miles de yucatecos podrían portar el parásito causante de esta enfermedad sin saberlo, lo que convierte este padecimiento en una amenaza silenciosa para la salud pública en la región.
De acuerdo con las estimaciones más recientes, la prevalencia de la enfermedad en Yucatán es del 0.69 por ciento, lo que implica que alrededor de 16 mil personas estarían infectadas con el Trypanosoma cruzi, agente causante del mal de Chagas, sin haber sido diagnosticadas.
La Dra. Acosta explicó que la transmisión ocurre principalmente por la picadura de un insecto conocido localmente como pic, que en otras regiones se conoce como chinche besucona o chinche barbeiro. Este vector es común en la Península y durante los meses de abril a junio, con el aumento de temperaturas, suele salir de su madriguera en busca de alimento, lo que incrementa el riesgo de contagio.
“En Yucatán, entre el 2 y el 10 por ciento de los animales están infectados con el parásito, y, por tanto, pueden ser una fuente potencial de transmisión a los humanos”, señaló la especialista. La investigadora enfatizó la importancia de mantener limpios los patios y el interior de las casas, ya que estos insectos suelen esconderse en grietas, rincones oscuros y techos. Además, advirtió que no se deben aplastar estos insectos, ya que al hacerlo podrían liberar su contenido digestivo, el cual podría contener el parásito.
“Si esos fluidos entran en contacto con los ojos, mucosas o heridas abiertas, hay riesgo de infección”, explicó. También recomendó el uso de miriñaques y sellar las grietas en las viviendas para evitar el ingreso del insecto. En caso de encontrar un ejemplar, debe manipularse con precaución, sin contacto directo con las manos y evitando el uso de chancletas o golpes directos.
Una de las principales preocupaciones con la enfermedad de Chagas es que en su fase aguda suele presentarse sin síntomas o con señales muy leves y confusas, como fiebre, dolor de cabeza o malestar general, que fácilmente se pueden confundir con otras enfermedades comunes.
Se prevé que la actividad llegue al 100 por ciento la próxima semana, informó el administrador de la terminal
“Lamentablemente, la mayoría de los pacientes no son detectados en esta fase, y pasan directamente a la fase crónica, que puede tardar 20 o 30 años en manifestarse, con afectaciones graves al corazón, el sistema digestivo y el sistema nervioso. En algunos casos, la infección puede ser potencialmente mortal”, advirtió Acosta Viana.
Actualmente, existen medicamentos eficaces como el nifurtimox y el benznidazol, pero no están disponibles en farmacias comerciales, su distribución está controlada por el Gobierno. Aunque estos fármacos han mostrado efectividad en la fase aguda, su impacto en la fase crónica es objeto de debate, debido a factores como la variabilidad genética de las cepas del parásito y las condiciones del sistema inmunológico del paciente.
A pesar de décadas de estudio, no existe una vacuna disponible a nivel mundial ni para prevenir ni para tratar la enfermedad. Sin embargo, el Centro de Investigación Hideyo Noguchi cuenta con un equipo que ha trabajado durante años en el desarrollo de una posible vacuna, y aunque hay avances prometedores, aún no se cuenta con una solución definitiva.
Finalmente, la Dra. Acosta Viana lamentó que la enfermedad de Chagas sea considerada una “enfermedad desatendida” por su bajo perfil mediático. “No es escandalosa como otras enfermedades. Es silenciosa, casi invisible. Incluso los médicos y el personal de salud muchas veces no la tienen en el radar al momento de diagnosticar”, señaló.
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