NOGALES.- Desde el acto simbólico en que la hija de William Morley colocó un clavo de oro, en un durmiente de madera, de caoba pura (1882), el tren es parte de la vida misma e idiosincrasia de Nogales, manifestó Julio César Sarmiento Esquinca.
Por tal motivo, asentó el cronista municipal de Nogales, las vías ferroviarias que hasta ahora perduran, propiciaron la fundación de esta frontera y por ende es su identidad de desarrollo que hasta la fecha sigue siéndolo.
Expuso que el actual proyecto gubernamental -en desarrollo-, de la reubicación de las vías debería considerar dejarlas donde están y usarlas para emplear tranvías (tipo San Francisco), y así mejorar el transporte urbano, el cual está colapsado en esta frontera.
Ante lo que significa el tren para esta frontera, ahondó, varios sectores representativos de esta frontera están proponiendo que el ferrocarril -cuando se sea sacado de la ciudad- no se retiren las vías ya que las mismas pueden cumplir otros propósitos benéficos para sus habitantes.
MEJORAR LA MOVILIDAD
“Las vías pueden ser usadas para una especie de tranvías como en otras ciudades y que sirvan para mejorar la movilidad dentro de la ciudad, ya sea como medio transporte urbano y/o turístico”
Incluso podría funcionar desde colonia La Mesa, que está fuera de nuestro casco urbano y que es muy populosa, hasta el Centro, lo cual ayudaría a descongestionar los grandes embotellamientos vehiculares que a diario se generan”, detalló. Además, agregó Sarmiento Esquinca, sobraría mucho espacio paralelo a las vías para adecuaciones de esparcimiento público-deportivo y de mejoramiento estético que es la principal cara que ofrece Nogales a los visitantes que van hacia Estados Unidos.
Aparte se trata de que no nos abrace la nostalgia sentimental, de los orígenes de Nogales, en que se gestaron grandes historias, incluso románticas, desarrolladas cuando se utilizaba el ‘tren bala’ y ‘el burro’ para trasladarse hacia el interior del País, ya sea por negocios, viajes estudiantiles o de placer.
Gracias a esa interacción, propia de largos viajes en los trenes de pasajeros, hasta se fundaron reconocidas familias y amistades invaluables. Que no muera esa parte de la ciudad y que después se convierta tan sólo en una añoranza”, concluyó. 
