Sonora es un sitio importante para los colibríes, pues forma parte de la Ruta Migratoria del Pacífico en América (RMPA) y alberga alrededor de 16 especies, entre las que van de paso y las que se quedan en la entidad.
Marcela de la Vega, bióloga egresada de la Universidad de Sonora, comentó que los rituales, además de ilegales y crueles, son un peligro constante; es importante denunciar ante las autoridades la presencia de puntos de venta, señaló.
“Lo que quiero dejar claro es que esos rituales los hacen porque quieren amor o atraer a la persona del sexo opuesto. El trato que les dan es horrible porque los amarran, les ponen miel, agujas, los matan, cosas muy extrañas.
La gente siempre dice que son costumbres desde tiempos prehispánicos y, si te pones a buscar en la historia cómo veían a los colibríes los indígenas, era con respeto, como un símbolo de buen augurio y buena suerte”.
Agregó, “se sabe que aumentan en el 14 de febrero porque es el Día del Amor y la Amistad, pero lo curioso es que si te pones a ver cómo se comportan los colibríes, en su biología no son una especie monógama, no tienen la misma pareja. De hecho los machos se aparean con varias hembras y se van”.
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