SONOYTA, Son.- La pesadilla se hizo realidad con la construcción de mil 71 kilómetros de muro bajo el sello de Donald Trump, a lo largo de la frontera entre Estados Unidos y México.
En esta región, el monstruo de acero y concreto partió en dos el imponente Desierto de Sonora, el más biodiverso del mundo y el de mayor extensión de Norteamérica con 260 mil kilómetros cuadrados.
Una barrera de 9.1 metros de altura colocada en el lugar más caliente del planeta, donde a ras de suelo se alcanzan hasta 80.8 grados centígrados de temperatura, de acuerdo con datos de la NASA.
Del lado de Estados Unidos quedó confinado el oasis de Quitobaquito, sitio sagrado y fuente de vida para miembros de la tribu Tohono O’odham y el único ojo de agua disponible para la flora y la fauna en 65 kilómetros a la redonda.
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