México enfrenta el brote de sarampión más grave del continente americano.
Con 22 muertes confirmadas y 4,915 casos acumulados hasta el 13 de octubre de 2025, el país superó a Canadá y Estados Unidos en número de defunciones, de acuerdo con el Informe Diario del Brote de Sarampión de la Secretaría de Salud.
El dato más preocupante no es solo el número de casos, sino el perfil de las víctimas, pues ninguna persona que murió contaba con esquema de vacunación contra el sarampión, según el Sistema Especial de Vigilancia Epidemiológica de Enfermedad Febril Exantemática en un reporte de El Universal. Trece de las víctimas eran menores de siete años, un grupo que debía haber recibido al menos una dosis de la vacuna SRP (sarampión, rubéola y parotiditis).
Chihuahua, epicentro del brote: más de 4,000 contagios y la mayoría de las muertes
De acuerdo con el Informe Diario de la Secretaría de Salud, Chihuahua concentra 4,386 contagios y 21 muertes, es decir, el 95% de todos los casos del país. Le siguen Sonora con 101 casos y una defunción, y Durango con 40 contagios y una muerte. En contraste, 12 estados como Ciudad de México, Querétaro y Nuevo León reportan menos de 10 casos cada uno.
La Organización Panamericana de la Salud alertó desde julio que México ya era uno de los países del continente con más casos y muertes por sarampión, solo detrás de Canadá. En aquel momento, se contabilizaban 2,597 contagios y nueve muertes. Tres meses después, las cifras se duplicaron.
Según la OPS, la región de las Américas registró más de 7,000 casos en 2025, un incremento 29 veces mayor respecto al año anterior, impulsado por brechas de vacunación y brotes importados.
Una enfermedad prevenible que regresa por falta de vacunación
El Comité Nacional para la Vigilancia Epidemiológica (CONAVE) ya había advertido desde 2024 que existía un riesgo real de reintroducción del virus del sarampión en México. En su Aviso Epidemiológico de junio de ese año, destacó que ninguno de los casos confirmados contaba con antecedente vacunal y llamó a reforzar la cobertura en zonas fronterizas, turísticas y con alta movilidad poblacional.
Hoy, los datos confirman esas advertencias. Según El Universal, 88% de los contagios actuales corresponden a personas sin vacunación documentada y apenas 4% cuenta con el esquema completo. La situación, aseguran especialistas, es consecuencia directa de los años en los que se redujeron las campañas masivas de inmunización y se eliminó la Semana Nacional de Vacunación.
“Las 21 muertes eran evitables. Ni una sola debió ocurrir si las personas hubieran sido vacunadas”, declaró a El Universal el médico Éctor Jaime Ramírez, que acusó negligencia institucional y falta de comunicación sobre la importancia de la vacuna.
Niños pequeños, los más vulnerables ante el sarampión
El grupo de edad más afectado en México son los niños de 0 a 4 años, con 1,231 contagios confirmados, seguidos de jóvenes de 25 a 34 años, de acuerdo con el informe más reciente de la Secretaría de Salud. La tasa de incidencia más alta también se presenta entre los menores de cuatro años, con 11.83 casos por cada 100,000 habitantes.
De acuerdo con la OMS, el sarampión es una de las enfermedades más contagiosas del mundo. Una persona infectada puede transmitir el virus a nueve de cada diez personas no inmunizadas. Además, puede causar complicaciones graves como neumonía, encefalitis o ceguera, especialmente en niños desnutridos o con sistemas inmunitarios débiles. A nivel global, 107,500 personas murieron de sarampión en 2023, en su mayoría menores de cinco años no vacunados, según la organización.
México podría superar los 5,000 casos antes de que termine el año
Aunque la Secretaría de Salud ha implementado cercos sanitarios, campañas de refuerzo y una “Semana Nacional de Salud Pública” para recuperar esquemas de vacunación, las cifras siguen al alza. Solo en los últimos tres meses, los contagios aumentaron 61% y cada semana se suman decenas de nuevos casos, especialmente en el norte del país, según datos del informe diario.
La OMS y la OPS insisten en que la única forma de detener el brote es alcanzar una cobertura del 95% con dos dosis de la vacuna SRP, algo que México aún no logra.