Las mujeres que utilizan planchas para el cabello y productos para alisar presentan un mayor riesgo de tener cáncer de útero, según un estudio del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.
El estudio incluyó a 33 mil 497 mujeres estadounidenses adultas, de entre 35 y 74 años de edad, a quienes se les dio seguimiento durante 11 años. En ese tiempo, entre las mujeres fueron diagnosticados 378 casos de cáncer de útero, según el instituto.
Especialistas reportaron que las mujeres que reportaron haber usado frecuentemente productos para alisar el cabello (más de cuatro veces al año) tuvieron el doble de probabilidades de desarrollar cáncer de útero.
El estudio no informa sobre marcas específicas de productos ni sobre los ingredientes que estos contienen.
No obstante, el instituto destacó que las sustancias químicas que se han encontrado en los alisadores de cabello son los parabenos, bisfenol A, metales y formaldehído, y que son estas las que podrían aumentar el riesgo de padecer cáncer de útero.
Investigadoras a cargo del estudio señalaron que dichos químicos en los alisadores tienen una mayor absorción a través del cuero cabelludo y que en él puede provocar quemaduras y otras lesiones.
Anteriormente, un estudio de 2019 reveló que las mujeres que usan regularmente tintes permanentes para el cabello están en mayor riesgo de padecer cáncer de mama.
Mujeres negras se alacian más el cabello
Sustancias químicas en alisadores de cabello aumentan el riesgo de padecer cáncer de útero. Imagen de 5540867 en Pixabay
El 1.64 por ciento de las mujeres que nunca han usado planchas para el cabello tienen el riesgo de desarrollar cáncer de útero, pero el riesgo aumenta a 4.05 por ciento para usuarias frecuentes, señaló Alexandra White, jefa del grupo de investigación del estudio.
De las más de 33 mil mujeres estadounidenses que participaron en el estudio, 60 por ciento se identificaron como mujeres negras. El estudio no hizo una diferenciación basada en la racialización, no obstante, sí se especificó que son las afroestadounidenses las más propensas debido a que utilizan más este tipo de productos.
“Debido a que las mujeres negras usan productos o planchas para alisar el cabello con más frecuencia y tienden a iniciar su uso a edades más tempranas que otras mujeres racializadas y de otras etnias, estos hallazgos pueden ser aún más relevantes para ellas”, dijo Che-Jung Chang, Ph.D., autora del nuevo estudio y becaria de investigación en la rama de epidemiología en el Instituto Nacional de Ciencias de la Salud Ambiental (NIEHS).
Tipos de cáncer de útero
Sustancias químicas en alisadores de cabello aumentan el riesgo de padecer cáncer de útero. Imagen de Phimchanok Srisuriyamart en Pixabay
Hay dos tipos de cánceres uterinos. El primero es el cáncer de endometrio (común), el cual puede tener cura, y el segundo es el sarcoma uterino (raro), que es más difícil de tratar, de acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos.
En el cáncer de endometrio, se forman células cancerosas en los tejidos del endometrio, que es el tejido que reviste al útero, y suele ser más común en mujeres posmenopáusicas.
Algunos de los factores de riesgo que aumentan la posibilidad de tener cáncer de endometrio son la hiperpasia endometrial (engrosamiento anormal del endometrio), la terapia hormonal con estrógeno, la menstruación temprana debido a que se alargan los años en que el cuerpo se expone a los estrógenos, y la menopausia tardía.
En tanto, el sarcoma uterino es una enfermedad en la que se forman células cancerosas en los músculos del útero u otros tejidos que sostienen el útero, destaca el instituto.
Este es un tipo muy raro de cáncer y algunos de los signos de alarma son: el sangrado anormal fuera de los periodos menstruales, el sangrado después de la menopausia, dolor en el abdomen y micción (orina) frecuente.
Todos los anticonceptivos hormonales aumentan ligeramente el riesgo de cáncer de mama
El mayor riesgo de sufrir cáncer de mama fue identificado principalmente en mujeres adultas, sin importar si la píldora contenía estrógeno y progestágeno, o solo esta última hormona mencionada.
Los investigadores enfatizaron que el mayor riesgo de cáncer de mama debe sopesarse frente a los beneficios de los anticonceptivos hormonales, incluida la protección que brindan contra otras formas de cáncer femenino.
El aumento del riesgo de cáncer de mama ya era conocido en los anticonceptivos que combinan progestágeno y estrógeno. Sin embargo, pocas investigaciones habían analizado los anticonceptivos que solo contienen progestágeno, cuyo uso ha ido en aumento durante la una década.
Mismo riesgo para todas las píldoras anticonceptivas
El nuevo estudio encontró que el riesgo de que una mujer desarrollara cáncer de mama era aproximadamente el mismo para los anticonceptivos hormonales que tenían estrógeno y progestágeno que para los que solo tenían progestágeno.
En concreto, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales tienen un riesgo aumentado de alrededor del 20% al 30% de desarrollar cáncer de mama, independientemente del modo en que los usan (píldora, DIU, implante o inyección), o la fórmula utilizada (estrógeno-progestágeno o progestágeno solo).
Los hallazgos son similares a los publicados anteriormente, incluso en un vasto estudio de 1996.
Análisis de diferentes grupos etarios
Teniendo en cuenta que la probabilidad de cáncer de mama aumenta con la edad, los autores del estudio calcularon cuánto exceso de riesgo absoluto está asociado con estos anticonceptivos.
Para las mujeres que los usaron durante un período de cinco años entre los 16 y los 20 años, se identificaron ocho casos de cáncer de mama por cada 100.000. En tanto, entre mujeres de 35 y 39 años fue de 265 casos cada 100.000.
Analizar los riesgos y beneficios “en contexto”
“Nadie quiere escuchar que algo que está tomando aumentará su riesgo de cáncer de mama”, dijo Gillian Reeves, profesora de la Universidad de Oxford y coautora del estudio.
Pero “de lo que estamos hablando aquí es de un aumento muy pequeño en el riesgo absoluto. Estos aumentos en el riesgo de cáncer de mama, por supuesto, deben verse en el contexto de lo que sabemos sobre los muchos beneficios de tomar anticonceptivos hormonales”, añadió.
“No solo en términos de control de la natalidad, sino también porque sabemos que los anticonceptivos orales en realidad brindan una protección sustancial y a largo plazo contra otros cánceres femeninos, como el cáncer de ovario y el cáncer de endometrio”, enfatizó.
El estudio también confirmó, como otros, que el riesgo de cáncer de mama disminuye en los años posteriores a que una mujer deja de usar anticonceptivos hormonales.
Un “efecto modesto”
Stephen Duffy, profesor de la Universidad Queen Mary de Londres que no participó en el estudio, describió los hallazgos como “tranquilizadores, porque el efecto es modesto”.
Los anticonceptivos solo de progestágeno se recomiendan para mujeres en período de lactancia, que pueden tener riesgo de problemas cardiovasculares, o en fumadoras mayores de 35 años.
Se extiende rápidamente un hongo superresistente y potencialmente mortal en los centros sanitarios de EE.UU
Los expertos consideran que el hongo representa una “grave amenaza para la salud mundial”. El aumento podría estar relacionado con las dificultades que la pandemia del COVID-19 ha producido en el sistema sanitario.
El hongo Candida auris, causante de una infección muy contagiosa y potencialmente mortal, se está extendiendo con mayor rapidez en los centros sanitarios de EE.UU., según revela un nuevo estudio publicado este lunes en la revista especializada Annals of Internal Medicine. El hongo ya tiene presencia en más de la mitad de los 50 estados norteamericanos.
C. auris es una especie fúngica que puede infectar a los seres humanos y propagarse por la sangre a los órganos principales. La infección se produce con mayor frecuencia en los hospitales, y en personas inmunodeprimidas o que reciben regularmente tratamientos invasivos para otras enfermedades. Para estas personas una infección a menudo puede ser mortal.
“Grave amenaza para la salud mundial”
La primera infección por C. auris se documentó en Japón en 2009 y, desde entonces, se ha registrado la presencia del hongo en muchos otros países, incluido Estados Unidos, que tuvo su primer caso confirmado en 2016. En 2019 el número de casos empezó a aumentar considerablemente en todo el mundo, y aún hoy “representa una grave amenaza para la salud mundial”, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas inglés).
Los datos del estudio muestran un aumento del porcentaje de crecimiento de las infecciones con Cándida auris, que pasó de ser del 44 % en 2019 al 95 % en 2021. Para los investigadores, que trabajan para los CDC, el aumento puede estar relacionado con las dificultades que la pandemia de COVID-19 ha producido en el sistema sanitario, como la escasez de sanitarios o el uso de más medicamentos antimicrobianos.
Casi la mitad de los infectados mueren en 90 días
El microorganismo puede causar candidiasis invasiva en la que el torrente sanguíneo, el sistema nervioso central y los órganos internos están infectados. Los síntomas más comunes son fiebre y escalofríos que persisten después de tratamiento con antibiótico. En Norteamérica, casi la mitad de los pacientes que contraen Candida auris mueren en un plazo de 90 días, aunque los investigadores resaltan que no significa que la infección sea la causa principal. Algunas personas son solo portadoras del hongo: no se enferman pero pueden diseminar los gérmenes.
Una infección se puede diagnosticar solamente con un examen de laboratorio. Puede contagiarse de una persona a otra o por el contacto con objetos o equipo.
Retrasar el tratamiento del cáncer de próstata localizado no aumenta el riesgo de mortalidad
Investigadores han encontrado pruebas a largo plazo de que el monitoreo activo del cáncer de próstata localizado es una alternativa segura a la cirugía o radioterapia inmediatas.
Un estudio dirigido por investigadores de las universidades de Oxford y Bristol, presentado en el Congreso de la Asociación Europea de Urología (EAU) en Milán (Italia) y publicado en el New England Journal of Medicine, ha evidenciado que retrasar el tratamiento del cáncer de próstata localizado no aumenta el riesgo de mortalidad.
Aunque los hombres bajo vigilancia activa, que incluye pruebas periódicas para detectar el cáncer, tenían más probabilidades de ver progresión o diseminación que los que recibieron radioterapia o cirugía, no redujo sus posibilidades de supervivencia.
El estudio también encontró que los efectos negativos de la radioterapia y la cirugía en la función urinaria y sexual duran mucho más de lo que se pensaba anteriormente, hasta 12 años.
Más tiempo para analizar los tipos de tratamientos
Los resultados muestran que las decisiones de tratamiento no deben apresurarse después de un diagnóstico de cáncer de próstata de riesgo bajo e intermedio localizado, según el investigador principal, el profesor Freddie Hamdy de la Universidad de Oxford.
“Está claro que, a diferencia de muchos otros tipos de cáncer, un diagnóstico de cáncer de próstata no debe ser motivo de pánico o decisiones apresuradas”, dijo. “Los pacientes y los médicos pueden y deben tomarse el tiempo para considerar los beneficios y los posibles daños de los diferentes tratamientos, sabiendo que no afectará su supervivencia”, agregó.
El estudio se realizó en nueve centros del Reino Unido y es el estudio de mayor duración de su tipo. Es el primero en evaluar completamente tres opciones de tratamiento principales: vigilancia activa, cirugía (prostatectomía radical) y radioterapia con hormonas para hombres con cáncer de próstata localizado.
Entre 1999 y 2009, 1.643 hombres de 50 a 69 años en el Reino Unido diagnosticados con cáncer de próstata localizado, después de un análisis de sangre de PSA, dieron su consentimiento para la vigilancia activa aleatoria (545), la prostatectomía radical (553) o la radioterapia radical (545). El equipo de investigación siguió a los hombres durante un promedio de 15 años para medir las tasas de mortalidad, la progresión y propagación del cáncer y el impacto de los tratamientos en la calidad de vida.
Efectos negativos tras cirugía y radioterapia
Descubrieron que alrededor del 97 por ciento de los hombres diagnosticados con cáncer de próstata sobrevivieron 15 años después del diagnóstico, independientemente del tratamiento que recibieron. Alrededor de una cuarta parte de los hombres bajo vigilancia activa no habían recibido tratamiento invasivo para su cáncer después de 15 años.
Los pacientes de los tres grupos informaron una calidad de vida general similar en términos de su salud mental y física general. Sin embargo, se ha encontrado que los efectos negativos de la cirugía o la radioterapia en la función urinaria, intestinal y sexual duran mucho más de lo que se pensaba.
En hallazgos anteriores publicados en 2016, los investigadores encontraron que después de 10 años de seguimiento, los hombres cuyo cáncer se monitoreaba activamente tenían el doble de probabilidades de que progresara o hiciera metástasis que los hombres de los otros grupos. La suposición era que esto podría conducir a una tasa de supervivencia más baja para los machos con vigilancia activa durante un período de tiempo más largo. Sin embargo, los resultados del seguimiento de 15 años muestran que este no es el caso y que las tasas de supervivencia siguen siendo igualmente altas en todos los grupos.
El estudio fue publicado el pasado 11 de marzo por la revista New England Journal of Medicine bajo el título Fifteen-Year Outcomes after Monitoring, Surgery, or Radiotherapy for Prostate Cancer.